miércoles, 4 de mayo de 2011

Los "opresores online" muestran la otra cara de Internet


Internet y sus redes sociales no sólo se han convertido en un foro para la libertad de prensa y los emergentes movimientos democráticos en el mundo, sino también en un campo de batalla en el que luchan los gobiernos más represivos.


Así lo señala un informe divulgado en vísperas del Día de la Libertad de Prensa, por el Comité para proteger a los periodistas (CPJ), con sede en Estados Unidos.

Desde los bloqueros que airearon a través de mensajes de texto el malestar popular contra los gobiernos de Túnez y Egipto hasta los disidentes que luchan por los derechos humanos en China, todos se han servido de la red. Pero los gobiernos represivos han aprendido a usar las mismas tácticas para bloquear, inutilizar o destruir los mensajes políticos y sociales de los oprimidos.

"Muchas de las tácticas de los opresores revelan una creciente sofisticación, desde el servicio de correo electrónico apoyado por el Estado chino y diseñado para acceder a las computadoras de los periodistas a los ciberataques contra páginas web de noticias en Bielorrusia", sostiene el CPJ.

El encarcelamiento de periodistas, escritores y defensores de los derechos humanos es una táctica eficaz para suprimir la libertad de prensa, señala el estudio sobre las herramientas de los "opresores online". Y es que la opresión en Internet se ha convertido en un arma de consecuencias catastróficas, pues los gobiernos con una larga experiencia en violaciones de derechos humanos ahora utilizan las herramientas online.

Mientras luchaban por mantenerse en el poder, los regímenes de Egipto y Túnez intentaron imponer la censura en la red. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, bloqueó Internet en enero tras las primeras señales de protestas populares en El Cairo, pero lo tuvo que desbloquear una semana después debido a la presión internacional.

También Libia y Bahréin intentaron perturbar la comunicación en Internet como respuesta a las exigencias populares de libertad. La Junta Militar de Myamnar, la antigua Birmania, bloqueó Internet durante la revuelta de 2007, y lo mismo hizo China en 2010 para intentar sofocar las protestas de grupos étnicos en la provincia occidental de Xinjiang, señala el CPJ.

Irán y China, que se sitúan en lo más alto del estudio en cuanto a detención de periodistas con 34 en 2010, han logrado bloquear con éxito el acceso a distintos portales en Internet y evitado que los ciudadanos utilicen determinadas palabras clave en los buscadores para seguir las noticias internacionales.

China, por ejemplo, retiró el concepto Revolución Jazmín, que hace referencia a la revolución tunecina que derrocó al presidente Zine al Abidine Ben Ali, y sus ingenieros instalaron malware (software malicioso) y software de espionaje utilizando el e-mail.

"Periodistas que informan desde y sobre China han sido víctimas de estos ataques, conocidos como "spear phising" (que literalmente significa pesca con arpón y consiste en el envío de mails fraudulentos), y la tendencia indica claramente que los objetivos fueron elegidos por su trabajo", señala el CPJ.

El año pasado, el uso del cibercrimen estatal en Túnez fue un paso más allá cuando la agencia del país que gestiona Internet redirigió a los usuarios a "páginas fraudulentas creadas por el gobierno en las que se exige darse de alta" para el uso de grandes proveedores como Google, Yahoo! y Facebook. Así, las autoridades podían robar sus nombres de usuario y contraseñas.

"Aunque las tácticas de cibercrimen parecen haber sido abandonadas con el colapso del gobierno de Ben Ali en enero, el nuevo Ejecutivo no ha renunciado por completo al control de Internet", apunta el informe. Y Siria, que continúa desplegando fuerzas militares contra los manifestantes, sigue siendo uno de los países más peligrosos para los blogueros.

En febrero, un tribunal sirio condenó a la bloquera Tal al Mallohi a cinco años de cárcel. La joven había sido arrestada en 2009, a la edad de 19 años, por llevar un blog sobre los derechos palestinos. Según el CPJ, el periodista digital Khaled Elekhetyar fue detenido en marzo durante una semana y el veterano bloguero Ahmad Abu al Khair fue arrestado por segunda vez en dos meses.

También en Rusia los periodistas digitales sufren una situación similar por la violencia que ejerce contra ellos el Kremlin. El año pasado, el famoso periodista financiero Oleg Kashin recibió una paliza tras ser arrestado que lo dejó en coma inducido durante un tiempo. Y a estos ataques se suma el asesinato en 2008 del editor de webs Magomed Yevloyev en Ingusetia.

Mientras, el gobierno de Bielorrusia controla con precisión la censura, el de Etiopía domina la infraestructura de Internet y el de Cuba bloquea el acceso a la red, señala el CPJ. En Cuba, sólo a un puñado de personas les está permitido el uso de Internet en sus hogares, mientras que el resto de la población debe conformarse con puntos de acceso controlados por el Estado.

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