viernes, 28 de enero de 2011

Egipto: Internet se vuelca a las calles

Protestantes en El Cairo.
En una medida sin precedentes, Vodafone, una de las principales operadoras de telecomunicaciones del país africano, confirmó que las autoridades solicitaron suspender los servicios de acceso a la Red, SMS y telefonía celular

Egipto ordenó a los operadores de telefonía móvil que suspendan los servicios "en áreas seleccionadas" del país, informó la proveedora Vodafone. Desde su sede en Londres, la compañía de telecomunicaciones dijo que "bajo la legislación egipcia las autoridades tienen derecho a emitir esa orden y nosotros tenemos la obligación de acatarla".

Añadió que las autoridades egipcias "aclararán la situación en el momento oportuno".

Egipto, según parece, ha hecho lo que muchos tecnólogos consideraban impensable para un país con una desarrollada actividad económica por Internet: se desconectó por completo de la Red para tratar de silenciar a la disidencia.

Los expertos afirman que es improbable que lo ocurrido en Egipto pudiera tener lugar en países como Estados Unidos, en donde la infraestructura técnica se encuentra diversificada en distintos proveedores de Internet, y con numerosas alternativas para conectarse a la Red. 

Protestas en El Cairo, Egipto, el 28 de Enero del 2011.



Asimismo, el resto de los principales proveedores de Internet en Egipto, Link Egypt, Telecom Egypt y Etisalat Misr, dejaron de transmitir información desde y hacia el país, de acuerdo a los reportes de analistas de seguridad. Expertos en telecomunicaciones sostienen que las autoridades egipcias podrían haber logrado la desconexión con un simple cambio a las instrucciones para el equipo de redes de las empresas.

En El Cairo, el servicio de Internet se encontraba con conexiones inestables, y el envío de SMS y de mensajes instantáneos de BlackBerry había dejado de operar casi por completo, en lo que parecía ser una medida de las autoridades para impedir la organización de las manifestaciones.

"Prácticamente todas las direcciones de internet de Egipto son ahora inaccesibles, mundialmente", dijo James Cowie de Renesys, una compañía de New Hampshire que monitorea la transmisión de datos por internet en tiempo real.

"En una acción sin precedentes en la historia de internet, el gobierno egipcio parece haber dado la orden a los proveedores de servicios de apagar todas las conexiones internacionales a la internet", escribió Cowie en el blog de la compañía .

Egipto cuenta con más de 16 millones y medio de usuarios en Internet, sobre una población de 83 millones de habitantes, según un informe de Reporteros sin Fronteras sobre la censura en Internet .

Una desconexión completa de la Red puede parecer un panorama poco probable en algunos países. Sin embargo, algunos legisladores estadounidenses consideran la idea de que exista un único "interruptor maestro" para desconectar Internet en caso de una emergencia nacional.

De forma previa, las protestas en Irán en 2009 y la reciente crisis en Túnez pusieron en escena el posible escenario de un control gubernamental en el acceso a Internet, con interrupciones en el servicio, que se vieron reflejadas en la imposibilidad de acceder a Facebook, YouTube o Twitter.

Sin embargo, las medidas aún no habían llegado a reflejarse en un corte total de la Red, algo que busca imponer las autoridades egipcias con las órdenes emitidas a las principales operadoras de telecomunicaciones.

Agencias AP y AFP

martes, 18 de enero de 2011

Redes mostraron en Túnez capacidad movilizadora


El especialista en medios Mario Campos destaca el papel que jugaron Facebook y Twitter en la renuncia del presidente Zine al Abidine Ben Alí.
 
Las movilizaciones que obligaron a la renuncia del presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Alí, y que fueron organizadas a través de las redes sociales muestran que estos espacios se han convertido en una herramienta para que los ciudadanos con una agenda en común se organicen y actúen, consideró el especialista en medios Mario Campos.

Bautizada por los blogueros de ese país como "la Revolución de las redes sociales", las protestas que se desataron hace un mes se suman a otros hechos similares en países como Irán en 2009 y Birmania en 2007 y que han utilizado Internet para presionar a las autoridades y alertar a la comunidad internacional.

En Túnez se abrieron perfiles en Facebook que sumaron miles de seguidores y en Twitter se creó el hashtag #sidibouzid para informar sobre las protestas. Los videos de los jóvenes enfrentándose a la policía fueron subidos a YouTube a pesar de que desde 2007 el sitio fue bloqueado por el gobierno. Cientos de blogs fueron cerrados, como el de Lina Ben Mheni, uno de los más leídos.

La estrategia del gobierno fue utilizar un grupo de hackers para atacar las cuentas y robar sus contraseñas; en respuesta, el grupo Anonymous -que organizó la defensa de WikiLeaks en Internet- emprendió una campaña contra las páginas del gobierno hasta que logró deshabilitarlas.

Para Mario Campos no es coincidencia que sea en países con controles tan estrictos sobre los medios en donde se desaten protestas organizados en las redes sociales.

El gobierno de Túnez, considerado por Reporteros Sin Fronteras como uno de los países "enemigos de Internet", mantiene un fuerte control sobre los medios tradicionales. La familia del ahora ex presidente Ben Alí controla las empresas mediáticas y de servicios y ejerce al mismo tiempo una censura sobre los blogs y espacios críticos en la red, según han denunciado opositores.

"Mientras más abierta es la lucha política y más espacios tienen los opositores para manifestarse, menos requieren de estas redes, por eso los blogueros más famosos del mundo viven en países cuyos medios de comunicación están cerrados", refirió el especialista.

Al mismo tiempo, dijo que esta dinámica provoca el intento de los gobiernos por cerrar estos sitios. "No obstante, las redes sociales son más difíciles de controlar que los medios tradicionales".

A pesar de que la protesta en Túnez se había gestado desde hace años -Ben Alí llevaba 23 años gobernando-, fue en diciembre pasado cuando encontró su detonante: un vendedor se prendió fuego frente a una oficina de gobierno después de que un policía lo obligara a retirar un puesto ambulante; el joven inmolado falleció días después.

El también autor del blog "Campos de Batalla" en EL UNIVERSAL dijo que al igual que los medios tradicionales, las redes sociales contribuyen a fabricar mártires o iconos para estas protestas, como en el caso del vendedor en Túnez o la joven Neda en Irán, sin embargo en estos espacios son los usuarios quienes eligen sus banderas, no un profesional que jerarquiza la información como en un diario, apuntó.

Mario Campos recordó que si bien las movilizaciones en Túnez, Irán y Birmania fueron organizadas en sitios como Twitter o Facebook ya ha habido otros ejemplos en donde la tecnología ha servido para organizar protestas, como se vio en España después de los atentados de 2004 cuando miles de personas se congregaron a través del envío de mensajes vía celular.

"La tecnología cambia pero la red social como unión de los ciudadanos permite su articulación", afirmó.

Además, consideró que los medios tradicionales deben contribuir a este tipo de dinámicas surgidas en Internet.

"El papel de los medios es enriquecer la conversación, reflejarla, amplificarla y ayudar a conducirla, dijo.

Tomado de: Vanguardia

jueves, 6 de enero de 2011

Los límites del activismo iraní en Facebook: lecciones por aprender


Foreign Policy ha sacado un interesante reportaje sobre las limitaciones del activismo iraní en Facebook. La historia trata sobre Mohammad Sadeghi, un iraní-alemán de 27 años, quien creó en enero de 2009 una página de Facebook en apoyo a la candidatura de Mir-Hossein Mousavi. Al atraer un número considerable de seguidores, los estrategas de campaña contactaron a Sadeghi para colaborar rumbo a la elección.

Tras los comicios, la casa de campaña en Teherán y el sitio de Facebook corrieron destinos opuestos. Mientras que el staff de Mousavi fue encarcelado, el número de seguidores de la página de Facebook aumentó considerablemente. Sadeghi decidió que era su responsabilidad continuar la campaña de Mousavi a través de la red social, por lo que el sitio se convirtió en un lugar de intercambio de información para simpatizantes y activistas. Mediante esta cuenta, Facebook jugó un rol importante en difundir el cántico de protesta “Allahu Akbar” y en planear protestas.

Sin embargo, el 11 de febrero vino el fracaso. A través de la operación “Caballo de Troya”, simpatizantes de Mousavi disfrazados, irían al rally oficial conmemorativo del 31mo aniversario de la Revolución Islámica. En un momento definido, los activistas se reunirían frente a las cámaras de los medios extranjeros, se revelarían a sí mismos como miembros del partido verde, y denunciarían la brutalidad del gobierno ante el mundo. Sin embargo, la revelación a gran escala no ocurrió. El estallido de la burbuja idealista, inflada en las semanas anteriores en los blogs, correos electrónicos y redes sociales, produjo una sensación de decepción.

El fracaso del 11 de febrero significa una lección a aprender. Sadeghi explica que uno de sus principales errores en la ejecución fue que no sabía cuál era el porcentaje de los seguidores de Facebook que estaban en el país. Las estadísticas oficiales sugieren que la gran mayoría de los simpatizantes de la causa se encuentran en el extranjero. Los activistas fuera de Irán deben comprender que no pueden participar en las protestas. Cabe recordar el furor de hace unos meses por los avatares verdes en Twitter, en apoyo a las protestas. Aunque el ejercicio de la solidaridad es plausible, es mejor enfocarse en tácticas que sí sean útiles - por ejemplo, cuando los usuarios de Twitter cambiaron su ubicación a Teherán para dificultarle al gobierno la búsqueda de disidentes.

Aunque no vivimos en un clima de incertidumbre tan escalofriante como en Irán, que sirva el precedente para la reflexión de cómo utilizamos las redes sociales en favor del activismo. Hay que recordar, como señala el artículo citado, que los movimientos sociales son un maratón, no un sprint. Facebook, Twitter, y el resto de las herramientas permiten el intercambio de información casi instantánea, facilitan la organización de grupos, y permiten la creación de redes de colaboración. Sí, pero no son omnipotentes. Yo también puedo encontrar a miles de personas que odien a George Bush, que quieran que renuncie Felipe Calderón, que se opongan a la matanza de focas bebé o que estén en contra del calentamiento global. Mientras el activismo se quede en el escritorio, de poco sirve. La distancia entre la denuncia y el cambio no está a un clic nada más.

Pepe Flores

Tomado de: Alt1040