jueves, 29 de septiembre de 2011

Ciberactivistas crean un Internet alternativo por miedo a la represión



El proyecto Bizancio, en el que trabajan ya una serie de programadores, entraría en funcionamiento si los Gobiernos desconectan la Red de redes. 

Cientos de ciberactivistas celebrarán el próximo mes en Nueva York una cumbre que tiene como objetivos el consenso de proyectos, como la red de mall, y el contacto con potenciales proveedores de fondos, el reclutamiento de programadores, y la recopilación de ideas para la construcción de un Internet paralelo. La reunión muestra el creciente impulso del “libre movimiento de la Red”, que pretende hacer más difícil que políticos u organismos controlen Internet de manera indebida, como sucedió durante las últimas revueltas en Egipto.

Las redes sociales han demostrado su potencial como herramientas de organización durante los recientes levantamientos de Medio Oriente, en el que las páginas de Facebook amplificaron las protestas callejeras que derrotaron a las dictaduras. Sin embargo, esas mismas redes también muestran debilidades, tal y como se demostró en Egipto, cuando el Gobierno bloqueó Internet para silenciar las protestas del pueblo.

Este hecho ha llevado a numerosos estudiosos y activistas a considerar cada vez más el cableado de Internet como una frontera política en disputa, según recoge la revista The Chronicle.

En consecuencia, un fin de semana cada mes, un pequeño grupo de programadores informáticos se reúne ya en una residencia para construir un Internet casero llamado Proyecto Bizancio, que podría conectarse si algún Gobierno represivo bloqueara Internet.

Utilizando un método llamado de red en malla, este sistema se está creando como una red informal de conexión inalámbrica con usuarios con equipos cercanos, que a su vez transmiten señales. La red de malla puede activarse si alguno de los usuarios encuentra la manera de conectarse a un router desbloqueado. Los desarrolladores han probado recientemente una primera versión de su software en la Universidad George Washington (aunque sin la participación oficial de los funcionarios del campus).

El líder de la iniciativa, conocido con el alias de TheDoctor y que no ha querido dar su nombre por temor a que su supervisor se oponga al proyecto, teme que puedan ponerse en marcha medidas represivas para Internet en Estados Unidos.

Temor extendido

Él no es el único con tales temores. El próximo mes TheDoctor se unirá a cientos de de ciberactivistas y empresarios de Nueva York con ideas afines, en una conferencia bastante especial llamada Cumbre de contacto. Uno de los participantes en esta cumbre será Eben Moglen, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia, que ha construido un dispositivo de encriptación, pensando en el caso reciente en el que varios políticos de Wisconsin intentaron acceder al email de un profesor. El objetivo de la cumbre no es sólo hablar de los proyectos, sino también contactar con potenciales proveedores de fondos, reclutar programadores, y recabar ideas acerca de la construcción de un Internet paralelo.

La reunión es una señal del creciente impulso de lo que se llama el “libre movimiento de la red”, y cuyos líderes están presionando para hacer más difícil que determinados políticos u organismos puedan ejercer un control o vigilancia indebida sobre la Red. Otra preocupación clave de este movimiento es que Internet no ha cumplido con su potencial social para conectar a las personas, y en su lugar se ha visto invadido por campañas de marketing y promociones por parte de las grandes corporaciones.

La principal idea del movimiento es que, a pesar de la aparente simpleza de los routers de Internet y las redes sociales, todo esto forma plataformas y sistemas con un poderoso alcance político. Y si a veces se trata a Mark Zuckerberg (de Facebook) o Steve Jobs (de Apple) como dioses, es porque en cierto sentido lo son, y sentados desde su particular Olimpo de los Dioses pueden mandar rayos digitales que generarán un gran impacto sobre todo el mundo.

En lugar de quejarse solamente, muchos de los que creen que se pueden construir alternativas que reduzcan el poder de estos dioses virtuales y dar más control a los simples mortales se reunirán el mes que viene en esta Cumbre de contacto.

Entre las propuestas alternativas se encuentra un Facebook que promete un mejor control de la privacidad, un dispositivo que automáticamente codifica el tráfico del correo electrónico para que sólo las personas autorizadas por el usuario puedan leer los correos, así como varias redes de malla que básicamente pueden darte acceso a Internet para llevar en la maleta y configurar un acceso sin restricciones.

Bazar 2.0

Uno de los organizadores de la Cumbre de contacto, Douglas Rushkoff, compara la fuerza tan intensa de Internet con los efectos de bazares en la Edad Media.

En su último libro, Program or Be Programmed (OR Books), Rush sostiene que los primeros bazares ayudaron a transformar la sociedad feudal, permitiendo que la información importante se intercambiara, y que el mismo efecto supuso la baja tecnología del peer-to-peer. “Todo el mundo hablaba con todo el mundo, y sobre todo tipo de cosas e ideas”, señala. “Todo este intercambio de información permitió a la gente mejorar, independizándose de los señores feudales”.

Internet ha creado un bazar 2.0, explica Rushkoff, acelerando el intercambio de información y dando a la gente el poder de organizarse de nuevas formas.

Aunque solamente por el momento. Rushkoff sostiene que las empresas y los gobiernos están ganando demasiado poder, de tal forma que podrían limitar la comunicación en el futuro. Facebook, por ejemplo, es un sistema centralizado que obliga a los usuarios a que todas las comunicaciones se transmitan a través de sus servidores y, señala, su objetivo principal es hacer dinero mediante el análisis de los datos sobre los usuarios para compartir posteriormente esta información con los anunciantes.

Para Rushkoff, Internet “no es una red que ofrece oportunidades a empresas y campañas de marketing, sino que es algo mucho más grande”.

Su idea es crear dos redes paralelas, una para bancos y gigantes del entretenimiento, y otra para la investigación académica, el discurso cívico y los artistas independientes. Esta segunda opción estaría a cargo de las universidades, si se quiere caminar en la dirección correcta.

Protección de la privacidad

Como se ha dicho, uno de los desarrolladores que irá a la cumbre será Eben Moglen, quien lidera un dispositivo llamado Freedom Box , y aunque no parece gran cosa, se trata de un aparato del tamaño de un libro de bolsillo que será capaz de ayudar a los usuarios de Internet a preservar su privacidad.

Es un servidor personal que automáticamente codifica los datos para evitar que personas no autorizadas los intercepten. La idea es crear una nube personal, un espacio de almacenamiento en línea para almacenar datos.

Moglen y su equipo de programadores están desarrollando el software bajo los auspicios de la Fundación Freedom Box, una organización sin ánimo de lucro, que planea liberarla bajo una licencia abierta.

En una entrevista, Moglen ha hecho hincapié en que los profesores deben enviar sus comunicaciones a través de su dispositivo. ¿La razón? “Dos palabras: William Cronon”.

El profesor Cronon, de la Universidad de Wisconsin en Madison, ha sido protagonista de un registro por parte de un grupo político. El Partido Republicano de Wisconsin pidió a la universidad que les enviaran un archivo de emails del profesor que contuvieran ciertas palabras clave. Esto sucedió después de que él escribiera una entrada en un blog hablando sobre cómo los grupos conservadores habían ayudado a crear una legislación muy controvertida.

A día de hoy hay muy pocas personas, la gran mayoría profesores e informáticos, que utilizan la encriptación para salvaguardar sus datos de amenazas externas. Es por ello que todos los caminos se dirigen a que estas nuevas redes alternativas estén disponibles para el usuario de a pie.

Como dice el activista Thedoctor, “con que un solo nodo del Proyecto Bizantino permita que una persona acceda a los cursos digitales del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), todo el proyecto habrá sido un éxito”.

Por Maricar García

Fuente:  Sarkasstiko

jueves, 8 de septiembre de 2011

Redes sociales: no culpar al mensajero

Egipto

Está creando un mal ejemplo para países como China, dicen activistas pro derechos humanos. La respuesta de Gran Bretaña a los incidentes del mes pasado –una propuesta de tomar medidas drásticas contra redes sociales y telecomunicaciones modernas- causó un rechazo generalizado. ¿Se trata de un ataque a la democracia? ¿Una medida desesperada por parte de un político acosado? ¿O es una respuesta razonable?

Cuando el primer ministro británico David Cameron se dirigió al Parlamento después de los disturbios del mes pasado culpó a Facebook, Twitter y RIM (el fabricante de Blackberry) por los contenidos en sus mensajes. Dijo que determinada gente debía ser expulsada de las redes sociales por sospecha de incitación a la violencia. Su llamado al cierre temporal de las comunicaciones fue inédito en Occidente.

Repensar la democracia

La prensa china, controlada por el Estado, estaba encantada, calificándola de una medida audaz y advirtiendo a los países en desarrollo ante una “adoración ciega por la democracia occidental”. El llamado a aquellos chinos que “abogan por un desarrollo ilimitado de internet” a que “se lo piensen dos veces” fue especialmente llamativo.

Por supuesto que Cameron no estaba esperando la aprobación de China. ¿Tomar medidas drásticas contra las redes sociales? ¿Las mismas herramientas que permitieron al pueblo egipcio librarse de Mubarak?

Las críticas a Cameron fueron fuertes en Holanda, el primer país que les aseguró por ley a los usuarios el acceso a internet. “Primero que nada, cerrando las redes de comunicación no evita el descontento social”, argumenta Ot van Daalen, activista por los derechos de internet de Bits of Freedom.

Según Van Daalen, si se observa el levantamiento en Egipto o los disturbios raciales en Los Ángeles después del juicio en el que los policías que propinaron una brutal golpiza a Rodney King en 1992 fueron absueltos, ambos hechos fueron tan graves como los ocurridos en el Reino Unido la pasada semana. Cuando golpearon a Rodney King no existía internet todavía, y en Egipto internet fue clausurado pero los incidentes continuaron. Es decir, no hay una conexión directa.

Van Daalen considera que las autoridades deberían tomar medidas que no afectaran a los ciudadanos respetuosos de la ley, y dejar intactas la privacidad y la libertad de información. ¿Un buen ejemplo? “Monitorear los mensajes de Twitter o controlar el tráfico por internet, por orden judicial, en el caso de sospechosos criminales, pero no cortar toda la red.”

Discusión realista

El político socialdemócrata holandés Diederik Samson, no está de acuerdo con los activistas. Contrariamente a la opinión de su propio partido, Samson publicó un “tweet” ampliamente difundido apoyando el cierre local de Ping, el servicio de mensajes gratuito de Blackberry, durante los disturbios callejeros. Internet ahora ha crecido, argumentó, de modo que ya es hora de llevar a cabo una discusión realista sobre orden público y seguridad.

Llamados como éste causaron sorpresa a expertos de seguridad. No porque contravinieran derechos civiles sino porque revelan una gran ignorancia sobre la tecnología. El mensajero de Blackberry, supuestamente el método favorito de los revoltosos para enviar mensajes en clave, es en realidad muy fácil de detectar, dice el investigador de seguridad Ross Anderson de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. En otras palabras, no hay necesidad de prohibirlo.

Medidas irrelevantes

Entonces ¿por qué Cameron y Samson culpan al mensajero? Según Anderson, “los políticos de todo el mundo sienten la necesidad de aparecer como haciendo algo” tomando iniciativas que son “poco prácticas e irrelevantes y que serán olvidadas al día siguiente”.

Compara el accionar del primer ministro británico con el de la rechazada ley francesa anti piratería de internet que permite a las autoridades prohibir el uso de internet a personas que bajen programas ilegalmente. Es parte de un creciente desprecio por los derechos judiciales en Europa Occidental, dice Anderson.

“Varios países de Europa Occidental tienen una historia lamentable. Francia con su ley anti piratería y Dinamarca con su propuesta para una realmente vigorosa censura de internet, se están poniendo del lado de China con su actitud. Y Gran Bretaña está dando muestras de querer unirse a los franceses, los daneses, los chinos y los iraníes.”

Según Anderson, EE.UU. se destaca como defensor del derecho que otorga la Constitución a la libertad de expresión. Sin embargo, su comparación entre las medidas europeas y las políticas chinas es enérgicamente rechazada por Courtney Radsch, de la Freedom House, una instancia contralora pro democracia que opera en Washington.

“En Gran Bretaña están discutiendo acerca del derecho a cerrar determinadas redes sociales específicas, pero lo hacen dentro de un contexto democrático donde la gente puede expresar sus opiniones acerca de si el gobierno tiene o no la autoridad para hacerlo. Ahí es donde radica la diferencia fundamental con países como China, Birmania o Cuba, donde se aplican fuertes restricciones a la libertad de expresión y la tecnología de información.”

Radsch puntualiza que lo que se ha venido discutiendo en Londres, son medidas específicas y temporales para enfrentar una amenaza inminente de violencia. Y eso, dice, está muy lejos de ser Egipto durante el levantamiento en la Plaza Tahir, cuando toda la red de comunicaciones de la nación fue cortada.


Por Robert Chesal

Fuente: RNW 

miércoles, 24 de agosto de 2011

Protestas en las redes sociales, un poder que inquieta a gobiernos

Protestas en Turquía contra la censura de Internet, en mayo pasado.
 
Han demostrado ser el medio más efectivo para congregar masas. Su uso se ha propagado en el mundo y se han convertido en herramientas revolucionarias de organizaciones que han logrado tambalear las estructuras de regímenes dictatoriales en Medio Oriente o poner en aprietos a gobiernos de occidente que ahora las ven como una amenaza y ya buscan la forma de censurarlo.

Se trata de las redes sociales Facebook y Twitter, entre otras, nombres que se han vuelto comunes sobre todo entre los jóvenes, por ello el premio Nobel de Química Ahmed Hassan Zewail se refirió a ellos como “los hijos de Facebook”.

En el hecho más reciente, hace dos semanas, miles de jóvenes se contactaron a través de las redes sociales para concentrarse en diversas ciudades del Reino Unido, donde protagonizaron disturbios en una protesta por la muerte de un joven a manos de la policía, que además sacó a la luz problemas sociales de desempleo y pobreza de los habitantes. El hecho se saldó con más de 2.000 detenidos y millonarias pérdidas.

Su poder de convocatoria preocupó tanto al gobierno británico que planteó medidas para bloquear ese servicio.

El descontento social, el desempleo, la pobreza, la exclusión o gobiernos represivos son los motivos que han llevado a las masivas convocatorias a través de internet.

“Así es como le decimos al mundo lo que está pasando”, respondieron jóvenes tunecinos en las revueltas en enero pasado al periodista Peter Beaumont del diario The Guardian. Ellos escribían y colgaban fotos de ellos mismos en Facebook, imágenes de la revolución disponibles para todo el mundo.

“Es innegable la participación de los jóvenes como actores centrales de las protestas, quienes han hecho de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación parte importante de sus movilizaciones”, publicó el sitio web myspace.com que hizo un estudio sobre las protestas en las redes sociales.

La influencia de estas plataformas en las protestas se dio con fuerza a inicios de este año cuando las revoluciones en Medio Oriente ocurrieron como un efecto dominó que comenzó en Túnez, pasó por Egipto y avanzó hacia otros países.

En Túnez los problemas de desempleo y pobreza dieron origen a las revueltas. El caso de un joven que se autoinmoló a fines del 2010, luego de que la policía le confiscara las frutas que vendía de forma ilegal, causó conmoción y desencadenó reacciones que se propagaron en las redes sociales. A las primeras manifestaciones masivas le siguieron brutales represiones de las fuerzas policiales, documentadas y narradas en tiempo real en videos e imágenes reproducidas y diseminadas a través de Facebook, Twitter y YouTube.

Las protestas que dejaron más de 60 muertos culminaron con la salida del dictador Zine Al Abidine Ben Ali, en el poder por más de 20 años.

Inspirados en Túnez, las manifestaciones contagiaron a Argelia y Egipto, donde la revolución saltó de las redes sociales a las calles, que terminó con el gobierno dictatorial de Hosni Mubarak. Aquí las protestas tuvieron origen en la muerte del joven bloguero Khaled Said, en junio del 2010, a manos de la Policía secreta. Convocatorias en Facebook concentraron a cientos de miles de personas.

Estas movilizaciones se extendieron a otro países árabes: Jordania, Libia, Irán, Siria, Barein, Marruecos, Irak, Omán y Yemen e Israel, donde hace dos semanas, más de 300 mil personas convocadas a través de internet se manifestaron contra el gobierno. Mientras en Dubai, la Policía permanece vigilante ante los intentos de organizar protestas y huelgas, a través de Twitter y Facebook.

El éxito de las masivas convocatorias a través de internet saltaron a Occidente, siendo uno de los casos más destacados el de España. Movidos por la situación política, social y económica del país, una ola de citas se fueron integrando desde Facebook, Twitter y páginas web, que dieron origen a extensas concentraciones.

Más de 200 páginas en Facebook llegaron a registrar un número de seguidores superior a los 200.000 usuarios y una intensa actividad en Twitter, con más de 500 mensajes por hora en el tiempo crucial del 15 de mayo, donde surgió el llamado movimiento 15M, según Vipnet360, consultora especializada en social media.

Los desalojos de la policía solo motivaron que las protestas se hicieran más fuertes y con más adeptos.

De España, las protestas se riegan al resto del continente en Reino Unido, Bélgica, Italia y Portugal, entre otros países.

Desde América, el fenómeno del poder de las protestas en las redes sociales ya preocupa a autoridades en Estados Unidos. En la ciudad de Los Ángeles, la policía acusó a un rapero por un tuit que generó un inmanejable aluvión de llamadas a sus números de emergencia y el metro de San Francisco cortó la señal de los celulares para evitar que se propagara una protesta que estaba organizándose a través de las redes sociales.

La semana pasada, el escritor mexicano Carlos Fuentes pidió a los países de América Latina “poner atención, rápido, a los motivos de descontento” que existen en cada una de esas naciones ante la posibilidad de que se repitieran los disturbios de Reino Unido.

Fuentes puso como ejemplo el caso del movimiento estudiantil en Chile, país con el más alto ingreso per cápita, que no logra solucionar el tema educativo. Considera que la violencia desatada en Reino Unido es consecuencia de la existencia de “dos naciones” representadas una por una clase privilegiada, y otra, por gente con cada vez menos oportunidades.

Lo que teme Fuentes ya comienza a cobrar fuerza. Desde el jueves pasado, en Río de Janeiro, un grupo de brasileños está organizando, a través de las redes sociales, una gran manifestación contra la corrupción en Brasil, después de una serie de escándalos en varios ministerios del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

A organismos como Reporteros Sin Fronteras le preocupa la reacción de los gobiernos y advierte “a las autoridades británicas contra toda medida destinada a cerrar o restringir de manera drástica la utilización de las redes sociales”.

Las redes “han ayudado” a generar una idea de un movimiento que crece, se fortalece, avivando minuto a minuto y en tiempo real los ánimos de protestas. ¿Hubieran ocurrido estas revueltas en Medio Oriente u Occidente, sin las protestas en las redes sociales?, cuestiona el estudio de myspace.com.

Fuente: Universo

lunes, 8 de agosto de 2011

"En Internet la censura tradicional no funciona"


Entrevista a Eric Samson. Coordinador de Periodismo Multimedios

¿Por qué está aquí?

Su experiencia. Francés, 30 años como periodista, Máster en periodismo digital y coordinador de multimedios.

Su punto de vista. Es inviable que un medio verifique la originalidad de un comentario en Internet.

En comparación a otros países, ¿cómo mira en Ecuador la posibilidad de utilizar Internet para generar opinión y debate público?

Ecuador tiene una posición favorable. Reporteros Sin Fronteras publicó en marzo del 2011 el mapa de los países depredadores de Internet. Se trata de naciones como China, Irán, Cuba, Vietnam, Egipto o Uzbekistán, en donde existe un control estricto a los contenidos dentro de la red.

¿De qué forma se instalan estos controles?

La manera más drástica de hacerlo es cerrar la red, esto ocurrió durante las denominadas revoluciones de Facebook y Twitter, cuando en Egipto, el régimen de Mubarak cerró el acceso a Internet durante varios días.

Eso sucedió durante un momento político crítico.

Claro, habían manifestaciones fuertes exigiendo la salida del Régimen, e Internet fue utilizado para difundir ese mensaje

En situaciones políticas tensas, estos nuevos espacios sirven para el activismo y generan crítica ciudadana.

El 2010 vio la consagración de las redes sociales y del papel de la Internet como instrumento de movilización y de difusión de la información. Las redes facilitan la creación de nuevos espacios de debate, que se autorregulan y controlan.

Pero hay gobiernos a los cuales esto no les conviene.

Ahora los gobierno más autoritarios utilizan métodos más suaves para evitar este debate. Por ejemplo, en Irán se baja la velocidad de banda ancha y de este modo la conexión se vuelve lenta.

¿Este deseo de controlar la red se da solo en países con regímenes totalitarios?

No es solamente un problema de países con regímenes dictatoriales, en países como Francia, Italia, Chile, en nombre de la lucha contra la pedofilia y derechos de autor, hay leyes que proponen regular su uso.

Pero es otro enfoque sobre el control de contenidos.

Los Estados tienen la obligación de promover el acceso de Internet a la población y no se puede justificar la interrupción de ese servicio. Si se limita ese acceso, sería para proteger a los ciudadanos de algún mal social.

En el último borrador de la ley de medios, se propuso un proyecto para regular los contenidos y comentarios dentro de la ‘plataforma digital’. ¿Es lo adecuado?

Las Naciones Unidas dicen que los intermediarios de servicios de Internet no deberán ser responsables por los contenidos generados por terceros y tampoco se les debe exigir controlar los contenidos de los usuarios. Sin embargo, los medios, en ningún tipo de plataforma, podrían publicar mensajes que atenten contra menores o llamen a la violencia o racismo.

Pero en una plataforma digital las personas tiene libre acceso y todos deben ser tomados en cuenta.

Los mensajes ofensivos son autorregulados o denunciados por los mismos usuarios. Todos los periódicos regulan en sus páginas web los comentarios.

¿Si hay una regulación del texto desde el lector, la propuesta del legislador Mauro Andino estaba demás?

En ese punto la propuesta no se justifica, los medios solicitan, antes de dejar un mensaje, la dirección de correo y datos de referencia. Pero pedir más a un medio es técnicamente imposible.

¿Solo que envíe la cédula de ciudadanía escaneada...?

Llegar a esos extremos es ridículo. Un medio solicita la información, pero verificarla es complicado e irrealista.

¿Se estaría también atentando contra la posibilidad de guardar anonimato, por el temor a las represalias?

En los regímenes donde hay dictaduras, el anonimato es una fuente de protección para que la gente pueda ejercer algo de la libertad de expresión. En el país, la situación de la Justicia genera un temor legítimo y la gente tiene el derecho al anonimato.

¿Cuáles serían los riesgos para un gobierno?

En Internet los mecanismos tradicionales de censura no funcionan. Por eso, los regímenes temen esta nueva plataforma.

Fuente: El Comercio

miércoles, 27 de julio de 2011

La paradoja de Internet como derecho fundamental

Acceso de Internet para todos, un Derecho Humano fundamental.

Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

A día de hoy ningún ciudadano que viva en un país democrático interpretaría estas palabras como revolucionarias: “Internet es el recurso de apertura más poderoso jamás creado. Los gobernantes deben ver Internet como una infraestructura básica, al igual que las carreteras o el agua. Hemos entrado en la sociedad del conocimiento y cada ciudadano debe tener derecho a participar". Estas declaraciones realizadas hace más de un año a la BBC pertenecen a Hamadoun Toure, secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la agencia de Naciones Unidas dedicada a las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones.

Hace también cosa de un año la BBC publicó los datos de una ingente encuesta realizada a más de 27.000 personas alrededor de 26 países. En ella, tal y como muestra la imagen adjunta, sobresalía un dato por encima de todos los demás: 4 de cada 5 encuestados cree que el Acceso a Internet es un Derecho Fundamental.

El mes pasado varias webs de referencia destacaron que la ONU había reconocido a Internet como un Derecho Fundamental. Lamentablemente y a pesar del amplio eco de la noticia, no se trató de una declaración de las Naciones Unidas, sino de una simple recomendación de Frank Larue, relator especial de la ONU sobre la libertad de expresión. Un pequeño paso lejos de los amplios titulares, ya olvidados, que se lanzaron al vuelo. 
 
Con todo son pocos los países que han apostado decididamente por declarar Internet como un Derecho Fundamental a través de sus legislaciones nacionales, más bien testimoniales, entre los que podemos contar a Finlandia, Estonia e Islandia. En España, si bien la tasa de penetración de Internet en los hogares ha superado el 59%, seguimos sin reconocer este derecho, a pesar de las múltiples declaraciones y manifiestos que lo apoyan.

Como se puede observar, esto no hace más que dejar clara una creciente paradoja: mientras los ciudadanos de todos los países tenemos claro que Internet es y debe ser reconocido como un Derecho Fundamental, los estados soberanos siguen tratando no solo de evitar su reconocimiento, sino de controlar su acceso (más flagrante aún en países bajo dictaduras de hecho o de derecho) lo que continúa aumentando la brecha digital.

Respecto al aumento de dicha brecha, en una reciente conferencia de Tim Berners Lee, uno de los creadores de la web, realizaba la siguiente comparación: “Es posible vivir sin la Web. No es posible vivir sin agua. Pero si tienes agua, entonces la diferencia entre alguien que está conectado a la Web y es parte de la sociedad de la información, y alguien que no, se está haciendo más y más grande […]”

Pero no solo las encuestas, también los recientes acontecimientos en los países árabes así como el propio 15M español dejan claro que el acceso a la web (no solamente a Internet, sino a al conocimiento) es un derecho inviolable, particularmente en momentos de protesta o de desobediencia civil.

Para concluir conviene aquí recordar, como ya lo hiciera en 2004 Carlos Sánchez Almeida, en su magnífico República Internet, el fallo de la Corte del Distrito Este de Pensilvania, en el caso entre la American Civil Liberties Union versus Janet Reno, Fiscal General de los Estados Unidos:

Dejando aparte las siglas y el argot que han sembrado la vista, Internet puede muy bien ser descrita como una conversación universal sin fin. El Gobierno no puede, a través de la Ley de Decencia en las Telecomunicaciones, interrumpir esa conversación. Como la forma participativa de expresión de masas más desarrollada jamás conocida, Internet merece la más estricta protección frente a la intrusión gubernamental. Es cierto que muchos encuentran algunas de las expresiones o manifestaciones en Internet ofensivas y es cierto, también, que, en medio del estruendo del ciberespacio, muchos oyen voces que consideran indecentes. La ausencia de regulación gubernativa de los contenidos de Internet ha producido, incuestionablemente, una especie de caos, pero, como uno de los expertos propuestos por los demandantes indicó en el curso de la vista, lo que ha hecho de Internet un éxito es el caos que representa. La fuerza de Internet es ese caos. Como sea que la fuerza de Internet es el caos, la fuerza de nuestra libertad depende del caos y de la cacofonía de la expresión sin trabas que protege la Primera Enmienda. Por estas razones, sin dudarlo, considero que la Ley de Decencia en las Comunicaciones es «prima facie» inconstitucional y concedo las medidas cautelares solicitadas.

Por Ricardo Tavío Gallo

Fuente: Reeditor

jueves, 30 de junio de 2011

El poder en manos del activismo ciudadano


Los iraníes utilizaron los sitios de las redes sociales para informar sobre la represión de las protestas callejeras.

Aunque hay quienes piensan que es incorrecto utilizar el término "periodismo ciudadano", el fenómeno está transformando la relación entre los medios y sus audiencias, además de causar un rotundo cambio al interior de la industria comunicacional: la existencia de herramientas tecnológicas accesibles, hace que cada vez más personas tengan la capacidad de colgar en la red informaciones, dándole un vuelco a los paradigmas tradicionales del periodismo. Ahora, el 6to poder, es el de la gente.

El periodismo cambió. O mejor, está en proceso de vertiginosa transformación. Ello, desde que la tecnología puso en manos de los ciudadanos herramientas para informar e informarse, sin depender de los grandes medios de comunicación social.

El paradigma de la comunicación, en el que un modelo vertical de comunicar (emisor - mensaje - audiencia) otorgaba todo el poder a los medios, cambió a uno de mayor horizontalidad, por lo que hoy deben incluirse términos como bidireccionalidad, interacción y retroalimentación en la dinámica de la comunicación.

Sin embargo, para Oscar Espiritusanto, periodista español fundador de Periodismociudadano.com, no existe rivalidad entre los llamados periodistas ciudadanos y los formales. "Pienso, utilizando un término del famoso cocinero español Ferrán Adriá, que hay que "deconstruir" la profesión periodística, y empezar a ver qué funciones tienen que hacer los medios de comunicación social, y cómo se debe establecer un verdadero diálogo con las audiencias".

Y es que no sólo cambió la dinámica, sino el resultado: de escasez de información y dependencia de las grandes agencias, hoy hay una inundación de noticias. "Este exceso hace que hoy los periodistas tengamos que hacer de filtro" explica Espiritusanto, tras comentar que la jerarquización tradicional de la noticia, no es infalible. "Sabemos por estadísticas que mucha gente no entra por la portada sino por la puerta trasera. Y hoy, lo que el periodista jerarquiza es ignorado por la gente, como se puede ver en portales como menéame (www.meneame.net), donde los usuarios jerarquizan con sus criterios. Así, esa multitud inteligente decide qué es lo importante".
Sin embargo, aunque pareciera que el periodista pierde protagonismo para ganarla el ciudadano, para el experto en el tema es el mejor momento de la profesión. "Son tiempos de recoger información, ponerla en contexto y crear formas de comunicación con la gente".

No es periodismo

Luis Carlos Díaz, periodista, coordinador de redes sociales del Centro Gumilla y bloguero, no cree que el periodismo ciudadano, tal como se conoce, sea realmente periodismo. Fernando Nuñez Noda, director de Infociudadano.com comparte su criterio. Y es que los ciudadanos no utilizan la técnica periodística al elaborar sus notas: no corroboran, mezclan la información con opinión o les faltan datos.

"Ya en los años 90 se presentó el debate de que las agendas de los periodistas volvieran a enfocarse en las necesidades ciudadanas. Ahora, el proceso de adopción de nuevas tecnologías, le da la facilidad a la gente de colgar y producir contenidos en la red" explica Díaz, quien dice que el fenómeno ocurre a nivel masivo en todo el mundo, afirma que prefiere llamarlo "infociudadanía" (que es la posibilidad de informar e informarse, así como de consumir de manera gratuita y en abundancia, información). "Es más bien una situación que permite que las personas se aglutinen, se organicen y accionen. Pero por más interesante que sea, no es periodismo. La gente coloca insumos a los que un periodista puede darles orden y construir con ello un articulo".

El fin de la primicia

El cambio para la profesión es obvio. "Ya no se puede hablar de tubazos. La inmediatez está en manos de la gente. La función del periodista es poner orden en este desconcierto" dice Díaz, y Nuñez Noda aclara que los ciudadanos reaccionan, sobre todo, en grandes eventos noticiosos, "en esos momentos son tremendamente útiles sus aportes, pues están en todas partes", dice.

El reto, coinciden en todos los foros sobre el tema, es cómo dialogar con estas audiencias, ahora autónomas y con conciencia de su poder, para que medios y usuarios, puedan favorecerse con información de calidad.

Para Espiritusanto hay que dar la mayor libertad posible, tal como hace CNN en su portal, permitiendo -al estilo de Youtube- que la gente cuelgue el contenido que desee, sin censura previa. Díaz afirma que muchos medios matan la espontaneidad ciudadana al apropiarse de los contenidos que se envían. "La llegada de herramientas como Twitter le permite a la gente tener voz propia y construir su propia reputación". Sin embargo, sigue prevaleciendo el precepto de confirmar antes de publicar.

En Venezuela no es tan pujante el periodismo ciudadano, y según el análisis de Díaz, la explicación se encuentra en que la coyuntura política obliga a que lo local pierda valor. "Todo lo que nos afecta a los venezolanos está signado por los centros de poder. No importa si estas en Charallave o en Petare. La gente termina siendo parte del debate nacional de la polarización por lo que pierde fuerza lo local".

Por: ALIANA GONZÁLEZ

Fuente: El Universal

martes, 7 de junio de 2011

Cuba: Dictadura vs Internet



Una de las más rampantes carencias que afecta a la Cuba de hoy es la de una verdadera prensa. Sujeta durante decenios a respaldar sin cuestionamientos el poder del régimen, entrenada en la tergiversación de los acontecimientos y subordinada incondicionalmente a la ideología “Castro”, el periodismo oficial en la Isla ha devenido una de las profesiones más desprestigiadas del país. Como resultado de tanto servilismo insustancial, sumado a la absoluta propiedad gubernamental sobre todos los medios de difusión masiva, que elimina el debate de opiniones y la contrastación de informaciones­, a la vez que suprime o limita al mínimo el acceso a fuentes alternativas de información, el periodismo de la Isla perdió el brillo y la salud que llegó a ostentar en los años de la República, cuando decenas de publicaciones periódicas daban fe del amplio espectro de tendencias, opiniones y pensamiento activo de toda la sociedad.

No caben dudas de que los regímenes totalitarios dependen justamente de esos controles. Nada tan lesivo a los gobiernos dictatoriales como el libre flujo de la información y de los análisis críticos de opinión de diversos sectores sociales. La libertad de prensa es, con mucho, el principal enemigo de los censores del pensamiento.

Los tiempos actuales, sin embargo, se la están poniendo difícil a las dictaduras; las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones constituyen un reto superior para las obsolescencias políticas, por lo que el régimen cubano se apresta a presentar batalla en el monopolio de la información. Ya la experiencia ha demostrado que encarcelar periodistas independientes resulta no solo inocuo para sus fines de censura, sino que –además– trae consigo un costo político elevadísimo, sobre todo para un gobierno cuyo capital moral hace años se encuentra en números rojos. Así pues, al poder omnímodo le resulta imprescindible afinar las estrategias de control en el uso de esas tecnologías (la brecha por la que se filtran cada vez mayores espacios de opinión y debates), y crear una base jurídica que coarte más aún el uso de la Internet y cree nuevas figuras delictivas contra aquellos que “trasgredan” las normas oficiales.

Aunque el gobierno anunció que el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba centrará su atención en los temas meramente económicos, no sería de extrañar que entre los subproductos que se generen de la máxima reunión del partido gobernante surja alguna legislación que prohíba el uso “no oficial” o “no autorizado” de la Internet, con los correspondientes castigos ejemplarizantes para los periodistas independientes, blogueros y otros grupos cívicos, que han venido incrementándose en la Isla en los últimos años hasta tal punto que los propios medios oficiales han dedicado programas especiales para combatirlos. Tampoco habría que desdeñar la posibilidad de que las autoridades cubanas declaren legalmente “enemigos de Cuba” a todos aquellos que de alguna manera faciliten el acceso de ciudadanos cubanos a la red de redes. Todo es posible en un país donde, dictadura y libertades, son mutuos adversarios que agonizan juntos.

Miriam Celaya González

Fuente: The Americano